Continuamos nuestro viaje en Roma y aprovechamos las horas previas a nuestra salida hacia Florencia para explorar la Plaza de España y la Plaza del Popolo. Caminamos durante aproximadamente 2 horas, deteniéndonos en las plazas y recorriendo las calles cercanas con sus boutiques y tiendas.
Una reflexión importante es que, a pesar de que en el mapa las distancias parecen lejanas y se estima un tiempo de caminata de 20 minutos, en realidad Roma es una ciudad que se disfruta caminando. Al recorrerla a pie, puedes apreciar las tiendas, las personas y los impresionantes descubrimientos al dar vuelta en una esquina, como plazas, obeliscos e iglesias. Roma no es solo un lugar para visitar, ¡es un museo en sí mismo! Por lo tanto, mi recomendación es evitar el transporte público y recorrer la ciudad a pie.
Tomamos el tren hacia Florencia y nuevamente decidimos caminar desde el hotel con nuestras 3 maletas y la carriola. El trayecto fue muy sencillo y en menos de 10 minutos llegamos a la terminal, que es bastante grande y cuenta con tiendas y restaurantes. Verificamos los tableros para encontrar nuestro tren y horario correctos. Aunque nuestro tren tenía un retraso de 2 minutos, la información se actualizaba constantemente en los letreros.
No es necesario preocuparse por recibir una notificación con mucha anticipación, ya que minutos antes del horario de salida se anuncian los detalles del andén. Encontrar el vagón y los asientos depende del tipo de boleto que hayas comprado. Es importante tener en cuenta que el espacio para las maletas es limitado y debes ocuparte de colocarlas tú mismo; nadie te ayudará a subirlas, bajarlas o acomodarlas. Viajar en tren a una velocidad de 270 km/h no se siente como si fuera un tren bala, el viaje fue cómodo.
Una vez en Florencia, nos dirigimos a nuestro B&B (bed and breakfast) ubicado en la plaza principal, Soggiorno Battistero, justo enfrente del Battistero de Florencia, una de las plazas más importantes. La llegada al hotel no fue fácil de encontrar, ya que se trata de una puerta en la que debes tocar el timbre para que te abran. El ascensor era lo suficientemente pequeño como para que solo cupiera una persona con 3 maletas, por lo que mi esposa y nuestro hijo tomaron otro ascensor. Una vez en el hotel, recibimos toda la información necesaria sobre la ciudad, lugares para visitar, recomendaciones de restaurantes, detalles sobre la habitación, el desayuno y números de contacto útiles. Esto fue muy útil y nos orientó, lo cual fue gratificante.
Florencia es una ciudad perfecta para recorrer a pie, pero ten en cuenta que las filas para ingresar a los lugares turísticos suelen ser largas, así que debes apartar lo que necesites con tiempo su temporada alta en Europa es de abril a octubre.
Durante nuestra estancia en Florencia, aprovechamos para visitar varias plazas y descubrir los encantos de la ciudad. Uno de los lugares que exploramos fue el Puente Vecchio, conocido por albergar tiendas que venden oro y joyas. Además, tuvimos la oportunidad de admirar la réplica del David y otras estatuas en la Plaza del Ayuntamiento.
En medio de nuestra caminata, nos encontramos con un lugar para comer y decidimos detenernos. Allí, disfrutamos de una deliciosa comida que incluyó pizza, pasta y una sopa de cebolla espectacular con queso parmesano. Continuamos recorriendo la ciudad hasta aproximadamente las 8 o 9 de la noche, momento en el que nuestro hijo ya se había quedado dormido en la carriola. Al regresar al hotel, pudimos descansar en una cómoda cama con almohadas fantásticas.
Explorar Florencia nos permitió sumergirnos en su rica historia y disfrutar de su exquisita gastronomía.
Al final del día, uno se da cuenta de la importancia de cambiar las expectativas y permitirse salir de la zona de confort. En mi caso, esto se manifestó al hospedarnos en un B&B, desafiando mis hábitos y prejuicios. A veces, nos dejamos llevar por las apariencias, como la imagen del hotel al llegar, y basamos nuestras decisiones en paradigmas preestablecidos.
Este proceso de reflexión me llevó a comprender que lo mismo sucede con las personas, los lugares y las experiencias. A menudo, anhelamos aventurarnos y explorar nuevos horizontes, pero nos detenemos por miedo a lo desconocido y preferimos aferrarnos a la comodidad de lo que ya conocemos. ¿Cuántas experiencias y lugares maravillosos nos hemos perdido por temor a probar algo nuevo?
Florencia fue un recordatorio de la importancia de romper barreras y dejar atrás los miedos. En esta hermosa ciudad italiana, pude abrirme a lo desconocido, descubrir lugares fascinantes y deleitarme con experiencias enriquecedoras. A partir de esta experiencia, me comprometo a vivir cada día con la mentalidad de disfrutar lo que vendrá, sin dejar que el temor limite mi capacidad de experimentar y crecer.
La experiencia que viví recientemente me ha enseñado la importancia de dejar de lado las expectativas y los paradigmas, y abrazar la vida desde una perspectiva de disfrutar el presente. A menudo, nos encontramos atrapados en nuestras propias ideas preconcebidas y limitamos nuestra capacidad de apreciar plenamente lo que está frente a nosotros.
Al liberarme de estas cargas, descubrí un nuevo sentido de libertad y apertura. Las expectativas pueden limitar nuestras experiencias, impidiéndonos disfrutar plenamente de las sorpresas y oportunidades que el momento presente tiene para ofrecer.
Al dejar de lado los paradigmas, pude romper barreras y descubrir nuevas posibilidades. Me di cuenta de que, al soltar las ideas preconcebidas sobre las personas, los lugares y las experiencias, se abre un mundo de nuevas oportunidades y conexiones significativas.
Esta revelación me ha llevado a comprometerme a vivir con una mentalidad de apertura y curiosidad constante. En lugar de aferrarme a las expectativas y los paradigmas limitantes, ahora me enfoco en disfrutar cada momento y aprovechar al máximo las experiencias que se presentan.
Al adoptar esta perspectiva, he experimentado una sensación renovada de emoción y alegría en mi vida. Me he abierto a nuevas amistades, he explorado lugares desconocidos y me he permitido sumergirme en experiencias inesperadas.
Por lo tanto, te invito a unirte a mí en esta aventura de dejar de lado las expectativas y los paradigmas que nos atan. Juntos, podemos abrazar el presente con entusiasmo y descubrir la magia de vivir plenamente, sin miedo a lo desconocido.
¡Vamos a disfrutar lo que vendrá y a crear recuerdos inolvidables en el camino!